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A pesar de los efectos nocivos para nuestra piel, el sol es una importante fuente de nutrientes esenciales para nuestro cuerpo (como la vitamina D) y tiene un rol muy importante en el cuidado de nuestra salud.  Sin embargo, la exposición prolongada al sol acarrea unos efectos perjudiciales para nuestro organismo y para nuestra piel. De ahí que el primer consejo que vas a recibir en consulta es usar protección solar todos los días. Y los beneficios son claros.

Beneficios de la protección solar

La crema solar para protegerte de los efectos del sol no solo debes utilizarla para la playa o en los días soleados; también debe aplicarse durante el invierno aún cuando tengamos días lluviosos o nublados. Incluso en casa recibes los rayos UVA y la luz visible, dos responsables del daño solar crónico en el organismo.

¿Por qué ocurre esto? El sol es capaz de emitir diferentes tipos de radiaciones: ultravioleta, luz visible e infrarrojos. Cada uno tiene diferentes efectos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestra piel.

Los rayos ultravioleta se dividen en dos: UVA y UVB. La radiación UVB es mucho más intensa a mediodía y en los meses de verano. Es la que ocasiona las quemaduras de la piel y un daño en la estructura del ADN celular; lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel ante una exposición prolongada.

Los rayos UVA, por su parte, están presentes durante todo el año y todo el día y una exposición frecuente también puede desembocar en cáncer de piel. Se caracterizan porque recibimos un mayor porcentaje de estos en la superficie terrestre. Y además son los responsables del fotoenvejecimiento y las manchas en la piel. El envejecimiento prematuro de la piel que ocasionan estos rayos se genera por la formación de radicales libres que destruyen las fibras de colágeno. Esto provoca la aparición de arrugas, flacidez y deshidratación.

Otros factores externos

Por otra parte, el sol es capaz de producir el envejecimiento de la piel. Sus efectos aumentan si tenemos en cuenta otros factores de riesgo como la contaminación, el estrés, la alimentación y el tabaco. A esto se le llama “exposoma y es lo que ocasiona el 80% del envejecimiento de la dermis.

La luz visible también ocasiona el envejecimiento de la piel y está presente durante todo el año. La luz azul emitida por las pantallas (teléfonos móviles, tablets, ordenadores, televisión…) cada vez está cobrando más importancia. No tiene una gran potencia pero, ya que cada vez nos pasamos más horas delante de una pantalla, se hace necesario usar SPF a diario.

Este tipo de luz, en conjunto con los rayos UV, son los responsables de generar estrés oxidativo. El estrés oxidativo ocasiona un envejecimiento prematuro y aumenta la pigmentación (manchas).

Además del factor salud, utilizar protector solar todos los días contribuye a retrasar el envejecimiento de la piel. Si te proteges del exposoma todos los días, podrás retrasar que la piel se torne flácida, que aparezcan arrugas y manchas en la piel.

Una de las principales preocupaciones de nuestros pacientes y a lo que tanto temen ante una exposición prolongada al sol son las manchas que éste ocasiona. Las manchas afectan a todos los tipos de piel y aunque es posible tratarlas una vez aparezcan, la mejor opción es evitarlas.

Existe en el mercado una gran variedad de fotoprotección diaria, que protege y además ayuda a corregir los daños ya existentes en la piel; estos protectores solares limitar los daños de la piel ocasionados por los rayos UVB/UVA, luz azul, IR-A y la contaminación ambiental. Protege también del estrés oxidativo.

No dudes en preguntar a tu médico sobre tu mejor opción.

¡Te esperamos en MMClinic!

Manuel Martín

Autor Manuel Martín

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